¿Puedes presentarte y contar cómo has llegado aquí?
He venido como voluntario y me han acogido en la parroquia de Santiago Apóstol. Estuve preguntando a personas y me recomendaron esta parroquia. Hablé con Marta y sin pensarlo dos veces me dio alojamiento y me organizó para poder empezar a ayudar lo antes posible. Iba en el coche, a dos horas de Valencia sin nada organizado, solo sabía que me quería poner a disposición, y gracias a vosotros he podido sentir que he dado el cien por cien.
¿Qué has estado haciendo esta semana?
He hecho un poco de todo. En el centro logístico que tenéis en Catarroja se va recogiendo todas las necesidades que hay y se van mandando los voluntarios necesarios. En función de los voluntarios que éramos, ahora en fin de semana somos más, hemos estado descargando los camiones que llegan diariamente a la parroquia, organizando dentro, distribuyéndolos por el pueblo, yendo a las casas de personas con movilidad reducida o sin movilidad llevándoles las cosas que les hacían falta. Hemos hablado con gente del pueblo dándoles la oportunidad de desahogarse.
Como experiencia interesante, ¿te quedarías con…?
Cuando estás dentro de esta parroquia la atmósfera es bastante positiva, es muy energética, bastante buena. Te llevas esa perspectiva de que es bonito porque nos hacéis sentir muy bien. En una visita a domicilio me llevé un golpe de realidad al visitar a una señora que se llamaba Juani, con 86 años, no tenía nada, había perdido todo, rompió a llorar; te das cuenta del daño que ha hecho la catástrofe, pero también de la ayuda que se estás dando. Cuando le dejamos las cosas y le escuchamos se quedó con una sonrisa.
¿Qué te llevas?
Me llevo haber conocido a una comunidad muy bonita, sois una auténtica familia. Esta parroquia está llena de realidades diferentes, cada uno tiene su historia, pero hay lugar para ayudarse unos a otros.Me llevo que necesitamos unos de los otros siempre para seguir adelante, para recomponernos, para crecer.