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TESTIMONIOS. Las voluntarias de Catarroja en María Madre.

2/12/2024

La SRA. ANTONIA, contado por Fátima García.

Desde los primeros días estaba aquí una señora de pelo blanco, mayor de unos 67 años. Un día estaba en la cola y yo le pregunté qué necesitaba y pidió solo un litro de leche, en realidad no quería nada solamente salir de casa porque llevaba una semana sin salir. Le dije que viniera y que yo la pondría a trabajar porque me dijo que estaba aburrida en casa y sola. Al día siguiente la señora Antonia bajó y dijo que en qué ayudaba. Le empecé a dar tareas fáciles porque la habían operado hacía poco… dosificar aceite, cosas poco pesadas, barrer…esos pequeños trabajos que se agradecen muchísimo porque nadie los puede hacer. Esos los hacía la señora Antonia y al final del primer día me abrazó y me dio las gracias porque la había invitado con todos los voluntarios. También me dio las gracias por existir y a mí me salió una lágrima porque me dijo que la había liberado de la soledad y que ella estaba a gusto con tanta juventud, que era inexplicable. Desde hacía bastante no había pisado la parroquia, pero afirmó que Dios poco a poco lo había hecho para acercarse.

INMA, casada, 58 años.

A mí me llamaron para que viniera a la parroquia a ayudar y no me lo pensé. No tenía botas, me puse las deportivas y bajé, desde ese día estoy aquí. Tengo que decir que me asombro de que cuando ha faltado algo, se ha buscado y se ha traído. La juventud que practica, que cree, me ha sorprendido mucho. Soy creyente no practicante, trabajaba en el mercado ambulante y he trabajado 26 años en un laboratorio químico en Alzira, soy química. Cuando cerraron la empresa, mi hermano y yo nos reinventamos y fuimos al mercado, como nuestros padres. Es muy duro estar en el mercado, pero muy bonito, estar cada día en un lugar diferente.

Me despierto a las 5, me espero un rato, desayuno, hago cosas en casa y me bajo. La experiencia aquí en María Madre a mí me ha salvado porque yo lo he perdido todo. Es la segunda vez en un año, venimos de un accidente muy fuerte que los bomberos me decían que estaban recogiendo las cosas con palas y nosotros estábamos vivos, y ahora la DANA nos lo ha quitado todo, no voy a poder volver a abrir mi negocio y en casa Miguel trabajando y yo sola… la cabeza me hubiera explotado, aquí soy feliz. Lo digo de corazón, me ha salvado esto y la gente que me conoce lo sabe. Mi familia. Andrea mi hija… me dice: perfecto. Cuando esto acabe intentaré buscarme otra cosa para no tener que comerme la cabeza.

SOUAD, casada, 40 años.

Yo vine aquí para ayudar a la gente, me gusta ayudar; cristianos, judíos, nosotros…  somos todos hermanos. No me importa que sea Iglesia Católica, Dios es uno. Estoy casada, tengo 40 años y dos hijos y vivo en Catarroja.  Aquí estoy 18 años y mi marido no trabaja.  Vivo en un primer piso y no se me ha mojado nada. Estoy contenta y a gusto con todos. Nadie me ha dicho que viniera, vine a preguntar si podía ayudar sin pedir nada a cambio. También he ayudado a mi vecina de arriba y otra de la primera planta.

 

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