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TESTIMONIO. María Jesús Mayo, vecina de Catarroja.

15/11/2024

Vivo en Catarroja, al lado del barranco que se desbordó el día 29 de octubre. En primera fila vi cómo se desbordaba el barranco porque desde mi casa se veía como se iba saliendo el agua. Primero en Massanassa, luego en Catarroja. Nosotros vivimos en un cuarto piso por lo que no hemos sufrido daños en la vivienda, pero sí hemos perdido quizás los dos coches, cosas del trastero… Gracias a Dios no ha fallecido ninguna persona cercana, han salvado la vida todos, aunque mi marido y mi hijo, y mi hija con sus hijos sufrieron bastante peligro la primera noche.

Me sale del corazón, lo primero, darle gracias a Dios desde el primer momento, cuando veía el barranco desbordarse, estaba con mi padre en casa, no es una persona autónoma, es muy mayor. Estaba con mi padre y con mi hijo y desde el primer momento me puso Dios en el corazón que esto era una Palabra del Señor para nosotros. Aprovechando todo este caos, el Señor nos iba a dar una Palabra, a cada persona una Palabra diferente. Eso me llenó de esperanza y de fortaleza porque soy una persona muy cobarde. Después, llevo un agradecimiento en el corazón enorme a mucha gente. Muy, muy grande, gente de toda raza, pueblo y nación. Personas que jamás conoceré, que nunca sabré que nos han ayudado aquí. A algunas sí que las conozco, he hablado con ellas, hemos podido hablar a través de Whatsapp, cambiar impresiones, pedir ayuda. Sé que en el cielo sabré quienes nos han ayudado, por eso les agradezco de corazón todo lo que están haciendo.

Otra cosa que llevo en el corazón, eso me lo puso el señor desde el principio, muchísima gente que conozco se disculpaba porque no podían venir a ayudar, por el trabajo, porque estaban lejos… A todas les decía lo mismo, “Ayudadnos con la oración por favor, rezad por todos nosotros porque hay mucha gente sufriendo mucho”. Para mucha gente no tiene sentido lo que ha pasado y se pasan la vida buscando culpables y otros porque están sufriendo por la pérdida de hijos, de padres, todo lo que tenían… Necesitamos mucho la oración porque ahora para muchos de nosotros es bastante difícil en el día a día porque hay muchas cosas que atender y algunos son verdaderamente importantes.

He buscado sitios para voluntarios, coordinar cosas para personas que se han quedado desahuciadas, buscando habitaciones, hoteles… La verdad es que se ha creado una red muy grande y he participado bastante de eso. En el día a día, estar con mi padre, levarlo a diálisis, bajarlo todos los días cuatro pisos a pie estando impedido… atender a mi marido que sigue trabajando, a mi hijo que está estudiando… se me ha hecho muy difícil la oración. El Señor me ha llevado a una sequedad, pero al mismo tiempo me ha llevado a una oración física, de darme que a mí no me gusta. Me gusta más la oración íntima, personal, estar en la capilla, estar en casa con el Señor. La oración que yo necesitaba ahora es la de tantísimas personas que están rezando por nosotros, eso ha sostenido a estos pueblos en pie, a los voluntarios, a tanta gente que lo ha perdido todo. Somos realmente el Pueblo del Señor, somos un cuerpo y así me he sentido yo en estos días. Le doy gracias a Dios por todo lo que estamos viendo, por lo que vermos porque sé que esto acaba de empezar y Dios tiene guardadas muchas cosas buenas para todos nosotros. Muchas gracias.