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TESTIMONIO. José Genovés, prenovicio de los Cooperadores de la Verdad.

23/11/2024

Últimamente, estos últimos meses, he vivido como con una espinita clavada por dentro. Tenía un gran anhelo de entregarme por completo, sin reservas de ningún tipo, dar mi «un poco», pero darlo bien… Además, estaba dándole vueltas también al problemón que me supone entrar en lo que estoy viviendo y poner nombre a las cosas. Pues bien, frente a estas dos situaciones se presentó lo ocurrido con la DANA.

Estos días he vivido muchas cosas, pero lo que más me ha ayudado, sin duda, es poder vivirlas iluminadas por la Palabra. De una manera especial he podido «leer» los acontecimientos vividos desde las diferentes palabras que el Señor me ha regalado todos y cada uno de estos días; desde los salmos de laudes y vísperas, los rosarios con Edu, las adoraciones, los escrutes, las misas, las conversaciones con amigos, con tantas personas que lo han perdido todo, en definitiva, todas las palabras de esperanza, que día sí día también me enseñan el poder del Amor… Solo el intento de compartir con vosotros tanta palabra recibida estos días se me hace imposible; sin embargo, me quedo con la llamada a ser como la viuda pobre del Evangelio. ¡Ojalá ser pobre de verdad, ojalá ser pobre de la Verdad y entregarme por completo a ella, sin reservas, ojalá poder quemarme y consumirme como el incienso, ojalá poder decir con un corazón confiado: «Dispón de mí y de cuanto me pertenece» (gracias Edu).