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TESTIMONIO. Joan Catalá, casado, 30 años.

6/11/2024

Soy Joan, voluntario, natural de Oliva, mi parroquia es Santiago Apóstol y estamos saliendo a ayudar a la gente de los pueblos de alrededor que ha sufrido esta tragedia.

Para mi está siendo un tiempo de muchas gracias, de mucha conversión, un tiempo donde salir a la calle y encontrarnos con los demás, mucha gente de la Iglesia donde todos vamos unidos. Para mí es una alegría, es un gozo, poder ser una pequeña luz en medio de todo este sufrimiento y, como yo, tantísimos otros jóvenes que nos están acompañando, que están peleando por nuestro pueblo, por nuestras ciudades …

La verdad es que estoy muy tocado, muy conmovido por todo esto porque hemos visto a tanta gente pasar que es conmovedor. Estamos con gente que no tiene nada, que ha perdido todo lo que tiene. No tiene nada para comprar sin embargo por estar allí limpiando, pasando la escoba te lo dan todo: agua, comida, yogures, zumos… lo que sea. Está siendo sobrecogedor el amor que hay, lo que se respira allí, es como una unión de las personas… hemos visto bomberos de Cataluña, de Cantabria, gente de Andalucía, de Murcia, profesionales, particulares, gente que está cogiendo vacaciones para venir aquí a echar una mano… tengo el corazón sobrecogido de ver que este acontecimiento ha venido en ayuda de todos nosotros, en ayuda realmente para ver que somos humanos. Pensábamos que estábamos en un mundo deshumanizado y ver a la gente como se ha volcado de una forma impresionante, la gente está dolida con la política, con todo lo que ha acontecido, se podía haber previsto… tantas cosas que la tele no para de repetir, pero ir allí meterte en el barro con la gente es un don.

Esto ha venido especialmente para mi conversión y veo la mano de Dios en todo esto y poder compartir con tanta gente, chicos y chicas, más mayores, más pequeños, de todas las edades… es una auténtica pasada. Para mí está siendo una bendición, en mi casa… Estamos cansados, estamos agotados pero no podemos perder nunca la oración y, gracias a Dios, estamos en Santiago Apóstol donde se está haciendo la oración, la adoración, los rosarios… y allá donde vamos, llevamos siempre el rosario y rezamos. Ha sido una experiencia bestial que ha venido en ayuda especialmente de nosotros.