loader image

TESTIMONIO. Jesús Martínez Mares, casado, 29 años.

7/11/2024

La primera vez que fui a ayudar fue el viernes 1 a las 19:00. Cuando llegue al puente peatonal que conecta Valencia con La Torre sobre un muy caudaloso rio Turia, lo que más me impactó fue ver la gran muchedumbre embarrada que volvía a Valencia tras haber ayudado en los pueblos afectados por la gota fría. Podría decir que me costaba abrirme paso entre esas cantidades ingentes de personas.                                                                                                                        

Desde Santiago Apóstol se comunicó que se necesitaba con urgencia ayuda en la parroquia Santa María de Catarroja. El trayecto a la parroquia fue desolador, impactaba ver la cantidad de coches apilados unos encima de otros que conseguía ver con mi linterna frontal; en un silencio y oscuridad que asombraba. Al llegar a la Iglesia, me encontré a una gran cantidad de voluntarios exhaustos, bajando víveres de vehículos, intentando ordenar como buenamente podían la cantidad desbordante de donaciones, así como atender a los vecinos que venían pidiendo agua, comida o productos de higiene. Muy providentemente se formó un gran equipo de relevo dispuesto a ponerse manos a la obra sin mirar el reloj.

 Entendí entonces la gran importancia que se le dio desde un principio a despejar y limpiar la Iglesia, ya que se convirtió de manera muy patente, en aquello a lo que estaba llamada a ser, un hospital de campaña. Se convirtió en un claro punto de recepción y abastecimiento de víveres al servicio de las personas necesitadas: lo que para mí ha sido siempre la Iglesia aunque de manera más espiritual.

 Soy testigo de haber visto como una catástrofe natural, un mal en sí, en tiempos de una sociedad ensimismada e individualizada, ha sacado toda la humanidad del pueblo que ha llevado a volcarse a ayudar de todas las maneras posibles… Me ha cautivado ver el agradecimiento de la gente afectada, y que todos hacían referencia que los daños materiales no son nada al lado de seguir con vida, ya que eso es lo importante. Bendito sea Dios.