Aquí en la parroquia estamos muy organizados, la generosidad es increíble, llegan ayudas de toda España, de Valencia por supuesto y los jóvenes, los voluntarios a destajo trabajando, siempre dispuestos a ayudar. Aparte de todo lo negativo que se ve en la televisión, en esta desgracia también se están tocando los corazones y nos está haciendo salir a cada uno de nuestra comodidad para ayudar.
Fui a ayudar aquí en la parroquia, por la mañana, se hacen turnos… Fuimos de 6’30 a 14,30. Fue bellísimo, muy fuerte. Cuando llegamos el paisaje era desolador, terrible. El día anterior habían ido los jóvenes de la parroquia a limpiar y sacar toda el agua y el barro de la iglesia para hacer un punto donde poder almacenar todas las ayudas, la comida, la ropa, las medicinas, el agua… y distribuirlo a la población al día siguiente. Estuvimos ayudando sin parar, dando a cada uno lo que necesitaba. Fue una experiencia bellísima, cada uno puso su granito de arena con mucha comunión. En mitad de todo esto que vemos en la tele, muchas personas que no son españoles se han acercado a ayudar. La comunidad de latinoamericanos era impresionante, también los ucranianos, que no hablaban todos español pero querían ayudar y se pusieron a limpiar como el que más.
En medio de las tinieblas brilla una luz, en medio de todo esto muchos están sacando lo mejor y la generosidad es impresionante, la solidaridad. Solo quiero decir que Cristo con su fuerza está ayudando a los voluntarios y a la gente que está yendo allí. Esto es lo más importante, transmitir la esperanza, que en medio de todo el sufrimiento Dios actúa y se vale de personas concretas para actuar. Todo el que quiera venir de voluntario, que se apunte, que no lo dude y los que quieran ayudar desde sus casas porque no pueden venir que lo sigan haciendo porque lo que cada uno da aquí vale mucho y se puede hacer mucho bien.