Mi experiencia es que fuimos a ayudar a gente desesperanzada y después de 2 días están agradecidos y se sienten amados.
Lo que más me ha llamado la atención fue cuando nos recibió Paco, el dueño de la casa al que apenas conozco y se me abrazó emocionado por acudir en su ayuda. Directamente varias veces nos dijo que estaban solos, su mujer y él tienen más de 70 años. Durante el primer día no fue capaz de mover un dedo de tan afectado que estaba. El segundo día dando las gracias y con ánimo renovado.
Yo me voy con una alegría inmensa en medio de tanto sufrimiento. El Amor siempre permanece y otorga esperanza.