A las 19’30 dio comienzo la solemne vigilia de la Inmaculada presidida por el párroco, d. Vicente Carrascosa, y concelebrada por d. Vicente Ballester, vicario parroquial y d. Ernesto Cabello, cooperador de la verdad.
El azul celeste de los ornamentos litúrgicos y la corona de Adviento dieron el marco apropiado a la celebración de la festividad de “Aquella en quien siempre resuena sin distorsión el amor de Dios”. Cuantas veces, en palabras del párroco en la homilía, no comprendemos cómo Dios actúa en nuestras vidas, cómo nos vemos en situaciones sin salida y es ahí donde podemos unirnos a la pregunta de Nuestra Madre Inmaculada: “¿Cómo será esto pues no conozco varón?”.
Con el templo lleno de fieles, d. Vicente hizo un llamamiento a vivir con una nueva forma de pensar, ya que María “aplastó la cabeza de la serpiente” y nos abre el camino a no vivir en la lógica de nuestros pensamientos o de la comodidad, sino a “aborrecer el pecado y no querer volver a separarnos del amor, de la realidad”. Finalmente, se exhortó a la asamblea a ser alabanza de la gloria de Dios pues “por María se nos entrega la vida de Cristo y unidos a Él, cambia todo”.
