Una vez más, los voluntarios y la feligresía se reunieron para celebrar la Eucaristía en el marco de la atención a las graves necesidades que siguen existiendo en las ciudades afectadas por la reciente riada.
La misa estuvo presidida por el padre Jesús Escrig, cooperador de la Verdad, y, antes de empezar, presentó a José Gabriel, el diácono recién ordenado que hasta su ordenación sacerdotal va a acabar su formación desempeñando su encargo pastoral en Santiago Apóstol.
Tras la proclamación de la Palabra, varios asistentes pudieron dar su testimonio de estos días de voluntariado. La homilía profundizó en el significado de la realeza de Cristo, que “atraviesa y abraza todo acontecimiento, todo sufrimiento humano”. El presidente destacó la importancia de que el Reino del Señor no es de esta tierra pues frente a un mundo que desprecia la debilidad y la pobreza, “es precisamente ahí donde Cristo reina, reina en la cruz para que tú no desprecies tu dolor”. De esta forma “el sufrimiento se constituye en la puerta por donde Cristo puede entrar en los acontecimientos”. Finalmente exhortó a los congregados a mirar al cielo pues es de ahí de donde “viene la verdad de tu vida” y así, “Cristo sigue reinando a través de ti en Catarroja, ayudando en la logística de la parroquia, haciendo bien tu trabajo, cuidando a tus hijos…”
Tras la bendición solemne, hubo una cena de confraternidad entre voluntarios y la comunidad parroquial donde se intercambiaron impresiones, se contaron experiencias y se siguió construyendo Iglesia. Destacó en todo momento la gran comunión en Cristo en medio de gente llegada, esta vez, de San Cugat, Girona, Barcelona, Madrid y Sevilla.
