¿Puedes presentarte?
Me llamo Samuel Rivas y vengo con la Delegación de Juventud de la diócesis de Madrid. Soy de Guadalajara, de la parroquia de San Nicolás y estoy en el Camino Neocatecumenal.
¿Por qué has venido?
Me lo dijo una amiga que está en la delegación de jóvenes y a ayudar.
¿La experiencia…?
Ha estado muy, muy bien porque venía un poco con agobios de la Universidad y cuando me lo dije pensé en venir para desconectar. Lo veía en la televisión, como algo lejano.
¿Qué habéis estado haciendo?
Primero en una parroquia doblando cajas de ropa y demás, metiendo todo en cajas para limpiarla. Luego hemos ido al garaje de una urbanización, todavía había lodo y barro hasta las rodillas y lo hemos estado moviendo. Va tan poco a poco que parecía que no hacías nada, pero luego henos visto que sí, se vaciaba.
¿Habéis visto a Dios?
En esa urbanización había gente que quizás no se había saludado nunca pero como se han abierto, nos han acogido. Teníamos comida, pero nos han dado pizzas y ha sido increíble.
¿Cómo habéis acabado en Santiago?
No lo tengo claro, pero ha sido estupendo. Algunos detalles, había una cruz del Camino… y una alegría. Nos llevamos todo, sois un encanto, el párroco, la misa de hoy ha sido increíble y toda la gente, que nos ha hecho sentirnos un solo pueblo.