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ENTREVISTA. D. JOSÉ VICENTE ALBEROLA, párroco de María Madre de Catarroja.

8/12/2024

¿Podría presentarse?

Soy sacerdote desde hace 30 años y llevo 12 en Catarroja.

¿Cómo vivió el momento de la riada? ¿Cuál fue su experiencia, sus pensamientos en esos momentos?

 En el momento de la riada estaba en la parroquia, subí a casa a por unas cosas y cuando volvía para celebrar la misa estaba el agua creciendo, metro, metro y medio hacia arriba y en seguida llamé a la parroquia para que subieran el Santísimo y cogieran el Sagrario. El agua seguía creciendo, se fue la luz, el teléfono dejó de funcionar, los coches iban… una cosa increíble. El momento más trágico fue cuando en Consum, enfrente de mi casa, el agua subía, la gente empezaba a ahogarse, uno a uno los vecinos los fueron subiendo con sábanas al primer piso. Gritando, los subieron y gracias a Dios todos fueron salvados. A partir de ahí, esperando; la gente gritando en algunos bajos y nadie podía ayudarles. No teníamos noticias, aislados y esperando a que todo pasara.

¿Cómo se vivieron los primeros días entre la feligresía?

A la mañana siguiente el desastre de las casas, de la parroquia, de los bajos… todo.  Empezando a ver cómo salíamos de ahí. La verdad es que lo viví con cierta tranquilidad aceptando del Señor el acontecer y si es del Señor todo es para nuestro bien. Al principio, a parte del barro y todo el desastre llegó en seguida la ayuda de los voluntarios.

¿Cómo surgió el montar el centro de reparto en la parroquia?

Aquí en María Madre avisaron que por la noche vendría un grupo a limpiar el templo. Para nosotros era algo inviable, la gente de la parroquia estaban todas intentando salvar sus casas, sus familiares sus vecinos… Aquí veníamos 3 o 4 personas, no más. Vinieron 40 jóvenes de Santiago Apóstol con el padre Vicente; estuvieron toda la noche limpiando la parroquia, quitaron todo… fue impresionante. En la parroquia de El Pilar ha costado mucho más por el sótano, ha costado 10 días poder sacar toda el agua.

¿Qué ayudas y apoyos están recibiendo?

En ese momento Santiago Apóstol se puso al mando de echarnos una mano y hacer un acompañamiento importante. Ellos sugirieron que había que dar de comer a la gente, ellos tenían la estructura de traer comida, traer cosas y en seguida seguimos adelante. Nos habíamos quedado todos sin coche en el pueblo, las carreteras no estaban en condiciones, no había nada de comercios. Empezamos a dar lo básico: comida, botas, palas… de todo. Dejándonos ayudar. Yo iba de una parroquia a otra viendo necesidades, me pasaba y me paso al día al teléfono, escuchando, coordinando ayudas, necesidades.

Ha sido una gracia poder ayudar a tanta gente de la parroquia. María Madre ha sido una madre que ha ayudado a sus hijos, que ha desbordado tanto a nivel material, de voluntarios… En otras parroquias también muchos jóvenes de parroquias, asociaciones, movimientos como gente de toda clase que ha pasado por el pueblo y ha echado una mano para ayudar.

¿Cómo está siendo la relación con la parroquia de Santiago Apóstol?

La relación con Santiago Apóstol ha sido estupenda. Se han ofrecido a todo. Muy bien, genial.

¿Qué ha supuesto la visita del cardenal Czerny y de don Enrique, el señor arzobispo?

 Una gran alegría viendo que el papa que enviaba al cardenal ver in situ lo que estábamos viviendo y hacer un acompañamiento. Estuvo con el arzobispo.

¿Cómo ve el futuro de la parroquia, de Catarroja?

Con unas catequistas hablamos de empezar la semana que viene las catequesis con los niños. Vamos a preguntarles cómo están, dónde han visto al Señor. Las catequistas empezaron a contar espontáneamente sus experiencias. Una de ellas decía que su marido llevaba 4 años sin hablar con su hermano y esto les ha servido para reconciliarse; otra dijo que ella había podido volver a hablar con su hijo después de dos años. Están habiendo muchos frutos de esta DANA. Es verdad que se han perdido muchas cosas materiales, hay personas que han fallecido… no sabemos cuándo el Señor nos va a llamar. Al final ir al cielo es nuestro destino. Estoy viendo muchos frutos a través de las personas y de las parroquias. Las parroquias van a ser renovadas y cosas que antes eran inviables, por ejemplo, el problema del suelo en El Pilar que se hundía, ahora hay que hacerlo todo nuevo.

¿Cuáles pueden ser las necesidades de cara al futuro?

En la parroquia como comunidad cristiana estoy viendo que va a haber muchos frutos. Estoy viendo como el Señor nos está hablando de muchas maneras a personas concretas y a las comunidades cristianas que van a ser una ayuda.

Las necesidades van cambiando, primero unas cosas luego otras… ahora hay que renovar casas y comercios. Va a surgir el acompañamiento en el duelo de todas estas personas que han perdido tantas cosas. Necesitan apoyo emocional y espiritual.

¿Dónde está viendo al Señor en todos estos acontecimientos?

El Señor está hablando. Unos lo podrán escuchar o ver, otros no, es una cosa complicada. A nosotros corresponde poder acompañar, poner nuestra paz, alegría y esperanza en el Señor a aquellos que no lo ven.

¿Qué podría decir a los voluntarios que están llegando de toda España?

A los voluntarios de toda España que están llegando… primero gracias. El Señor les ha movido el corazón, les dará el ciento por uno. Ese dejarse llevar por el Señor, incluso gente que no cree que el Señor ha puesto en su corazón el deseo de ayudar y que sea para ellos un encuentro con el Señor. Ha habido mucha comunión entre las personas. Cuando uno da, recibe mucho más. Las personas de aquí han sabido acogerlos con cariño. Todo esto hace que entren en contacto. Darse, donarse por encima de la comodidad o del egoísmo es muy positivo. Perder tiempo, dinero, tu vida…

Esto ha hecho que Santiago Apóstol y María Madre se hayan unido y sin esta ayuda todo esto habría sido mucho más difícil de vivir. Muchas gracias a todos.

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