¿Podéis presentaros por favor?
C. Yo soy Claudia.
O. Yo Osama, somos de Girona, de Sant Feliu de Guixols.
¿Qué hacéis aquí tan al Sur?
C. Hemos venido a ayudar, son cuatro horas y media más o menos desde allí. Vine el fin de semana pasado con mi hermano y ahora quería venir con mi pareja para que viera todo.
¿Has repetido por él?
C. Sí… bueno yo quería volver igualmente pero que lo viera él también. Vine la primera vez a ayudar, pero, la verdad es que me ayudaron a mí. Iba a echar una mano y me sentí muy pequeña, me volví muy contenta viendo toda la gente que había venido de muchos sitios, de fuera de España… Estábamos todos por lo mismo. Eso es lo que me llevé a casa.
¿Qué te has parecido la experiencia?
O. Una dosis de realidad. Vienes para aquí y te das cuenta de que es una total catástrofe lo que ha ocurrido y que se necesita el apoyo de la gente, estar todos a una. Lo que he visto hoy allí ha sido una sensación muy impresionante, poder ayudar codo con codo con gente de toda España. La verdad que muy gratificante. He estado trabajando con los militares sacando todo el lodo de un garaje, no podían entrar las máquinas y a ritmo militar. No nos dejaban para, a grito de los coroneles…
C. A mí me ha quitado la pala un militar porque iba muy despacio, pero lo he intentado.
¿Cómo habéis acabado en Santiago Apóstol?
C. Por mi hermano. Él ha estado en el Cenáculo y por eso estamos aquí. Le dije a mi hermano que quería venir a ayudar como fuera y él se puso en contacto con gente de la parroquia y aquí estamos. El ambiente de la parroquia ha sido super guay, muy joven, festivo, muy chulo.
¿Qué os lleváis?
O. Buena gente, sensaciones de que todavía se puede confiar en el ser humano. Sobre todo. Mucha gratitud de la gente, de Paiporta que es donde hemos estado. Nos han agradecido desde el minuto 0 la labor del voluntariado. Nos han dado más de lo que hemos podido ofrecer nosotros.