A las 10’15 de la mañana comenzaba en la parroquia del beato Francisco Pinazo la celebración del Domingo de Ramos. Tras la proclamación del Evangelio y la bendición de los ramos de olivo, los fieles recorrieron las calles de la demarcación parroquial hasta el templo. El incensario, la cruz y las antorchas abrían la procesión, a ellos le seguían los files, a continuación los sacerdotes y, finalmente los cantores.
Pasadas las 11 se iniciaba la solemne celebración eucarística donde se hizo memorial de la entrada de Jesús en Jerusalén que, la puerta de entrada al camino de la santidad con el grito de Hosanna ¡Señor, sálvame! Y esto ¿cómo? En palabras de d. Vicente Carrascosa que presidió la liturgia: “A través de dos modos. Si te sientes superado porque no controlas tu existencia y dejas de pensar en tu sufrimiento podrás mirarlo sólo a Él y así, reorientar la vida. Estos son los modos de entrar en la Semana Santa”.
Al finalizar la celebración de la Eucaristía, los padres cooperadores animaron a participar de todas las celebraciones de la Semana Santa, a acompañar y dejarse acompañar por Jesús en la Pasión.